Por qué cambiar el sillín
El sillín de nuestra bicicleta de carretera o MTB es un elemento al que a veces no le damos la importancia que se merece. El sillín soporta la mayor parte del peso del ciclista en las salidas en bicicleta.
También nos evita tener problemas circulatorios, de próstata, rozaduras… y muchas otras molestias que hasta que no las sufrimos nos hace tener al sillín en el olvido.
Invertir en un sillín de calidad, es invertir en salud, comodidad y mayor disfrute en cada salida de MTB, carretera o un simple paseo.
¿CUÁNDO DEBERÍAMOS CAMBIARLO?
El sillín deberíamos cambiarlo cuando:
- Sentimos algunas molestias de tipo circulatorio, prostática, muscular u ósea. No debemos esperar a que vaya a más.
- Si el sillín tiene una deformación en la carcasa.
- No se adapte correctamente a nuestros isquiones. Esto puede producir algunas de las molestias anteriormente comentadas.
- Se rompe. Aunque no es muy habitual, puede darse la ocasión en que ocurra.
QUE DEBEMOS TENER EN CUENTA PARA ELEGIRLO
Vista la importancia que tiene el sillín, deberemos tener en cuenta algunas cosas a la hora de elegirlo:
- No guiarnos solo por la estética o por la ligereza.
- Comprobar que los isquiones se apoyan correctamente en el sillín. La mayoría de tiendas tienen herramientas para comprobar el apoyo de los isquiones y aconsejar el sillín que te pueda ir mejor.
- Comprobar que no hay excesiva presión en el perineo.
- Elegir el ancho y forma adecuada a tus isquiones.
- Colocar correctamente el sillín en la bicicleta. Por muy bueno que sea el sillín (antiprostáticos incluidos) si no están bien colocados, no serán efectivos.
- Es muy importante colocarlo a la altura correcta, pues si está demasiado alto o demasiado bajo, variará el apoyo de los isquiones en él.
Esperamos que este artículo os haya servido y podáis elegir (cuando necesitéis) un buen sillín para vuestra MTB o bici de carretera.